Extraordinarios
en lo ordinario

Todo empezó con un escaparate.

Con apenas 3 años, me quedaba atónito frente al cristal de una ferretería del barrio. Me fascinaba el orden, el brillo del metal, la precisión silenciosa de ese mundo. Años más tarde, cada fin de semana, de camino a casa de mis abuelos Pablo y Victoria, volvía a detenerme, esta vez, frente a una tienda que vendía exclusivamente buzones. ¿Cómo puede existir una tienda solo de buzones?”, me preguntaba con apenas 10 años. Hoy, esa misma pregunta me la hacen a mí. Y por fin sé la respuesta.

En 2003 una oportunidad surgió en Buzones Kaneor, el primer día que llegué era inevitable revivir y pensar que aquellos escaparates tenían sentido. Empecé desde abajo, preparando pedidos, revisando mercancía, atendiendo a los primeros clientes. Fui aprendiendo el oficio con las manos, con los ojos, con respeto. Un día surgió la oportunidad de …

… vender, y la aproveché, comencé de comercial y terminé con unas cifras increíbles para la empresa.
 
Un 1 de marzo de 2008 comencé con 24 años, me fui a vivir con mi abuela Rosina, a Toledo para arrancar mi propio negocio. Ella no solo me abrió la puerta de su hogar me enseñó a llevar una empresa con alma, la debo mucho sobre todo esa genética de negociante.
Siempre me repetía, yo diría que todos los días: “Tú sé formal.” Una frase breve, pero con todo dentro. Algo tan escaso hoy, en un mundo con tanto ruido. Con su fuerza y sus valores como cimiento, lancé mi propio proyecto, sin casi experiencia, sin promesas, sin ser un negocio heredado, solo con la convicción de hacer las cosas bien y siendo formal.

A los pocos meses, la vida me dio otro regalo: la oportunidad de contratar a mi hermano. Un compañero de batalla, un motor constante, y una parte esencial de todo esto. A él también le debo mucho de lo que hoy somos. Y lo que somos, es esto:
 
Una marca construida desde la emoción y la precisión, desde la formalidad, un equipo que cree en lo simple bien hecho. Buzones que protegen algo más que cartas. Señalética que no solo orienta, sino que comunica quién eres, proyectos que empiezan en un boceto y acaban dejando huella. Esta no es solo una marca es una historia familiar, honesta, con oficio, es la prueba de que aquel escaparate… tenía sentido.
Gracias por ayudarnos a demostrar que lo pequeño también puede ser extraordinario.
 
Somos la ilusión que nace de una infancia sin prisa, la dignidad que enseña una abuela con una sola frase, El amor callado de unos abuelos que marcaron el rumbo sin levantar la voz. Y la pasión comprometida de dos hermanos que decidieron honrarlo todo con sus manos. Gracias Papá y Mamá por quererme frenar y por protegerme solo conseguisteis que cogiera la fuerza de un cohete.

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que marcan la diferencia.

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